28 Toda la asamblea estaba postrada, se cantaban cánticos y las
trompetas sonaban. Todo ello duró hasta que fue consumido el holocausto.
29 Consumido el holocausto, el rey y todos los presentes doblaron las
rodillas y se postraron.
30 Después, el rey Ezequías y los jefes mandaron a los levitas que
alabasen a Yahveh con las palabras de David y del vidente Asaf; y
ellos
cantaron alabanzas hasta la exaltación, e inclinándose, adoraron.